domingo, 3 de mayo de 2015

Que la noche te venga sola

Y en pocas palabras, me gustaría contártelo todo, del principio al final. Me gustaría contarte que siento cuándo me despierto, qué sueño y a qué huele el café por las mañanas. Tan solo te diría de qué color me pondré hoy los calcetines. Te diría la más sabia de las tonterías que nunca haya pensado. Me quedaría sentada en un banco mirando como pasean las palomas, como los turistas toman el sol y en qué pienso cuándo ya no te pienso más de lo que nunca hubiera querido.

Creo que las noches se hacen más cortas, que el sueño es más tranquilo y que la música tiene otro sabor. Por las noches ya no te espero ni cuento las estrellas que en la ciudad no se pueden ver. No quiero oler nada que me pueda recordar a un pedazo de ti no quiero volver a querer a nadie como pensé que te querría. No quiero pasear por las calles dónde pasaba contigo hablando de las anécdotas más irrelevantes que nunca nadie se hubiera imaginado.

Quiero que te sientes delante mío, me digas que te ha pasado y que se te pasa por la cabeza cuándo alguien te dice lo que tienes que hacer. Por qué ya no me lloras, ni me cuentas, ni me susurras? Por qué no me dices, no me suplicas, ni me ríes? No estás aquí ya... O es que tal vez nunca hayas existido y eres tan solo un susurro que aparece algunas noches en mis sueños.

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